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Valencia, Valencia, Spain
El guerrero de Gaia. El guerrero desnudo. El habitante del bosque. Contacto: essis_elguerrero@hotmail.com _____________________

viernes, 23 de octubre de 2020

·Bienvenida.


 

   En un mundo en el que el estado de desnudez gana terreno poco a poco... en el que cada día son más las personas que se "atreven" a ser naturales... en el que las manifestaciones del desnudo invaden cada día más sectores como el de las reivindicaciones sociales, el acopio de fondos, el deportivo, etc, nace esta bitácora dedicada a tod@s aquell@s que, de un modo u otro, sienten la desnudez de su propio cuerpo y del de l@s demás, como algo natural y son activ@s en ello. Quizá seas nudista o simplemente te guste ir desnud@ por casa; talvez hayas tenido alguna experiencia de desnudo en la naturaleza o alguna anécdota.

   Esta bitácora no funcionara sin vuestra participación, tenedlo claro. Dispondréis de una comunidad a la que podréis uniros y comentar vuestras experiencias aquí. Entre todos formaremos un grupo en el que compartiremos nuestras vivencias en el desnudo de nosotr@s mism@s y de l@s demás miembros.

   Sabed también que este lugar no está dedicado a la pornografía y sobre todo, SED BIENVENIDOS. Saludos, desnud@s.

                                                                                                              Sergio Amado.

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sábado, 26 de octubre de 2019

·Participación.

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Participa con tus experiencias, relatos, puntos de vista o el tipo de texto que quieras como comentario de este apartado. Anota también tu nombre y tu escrito será enlazado en las seciones "Experiencias", "Relatos" y en las que se vayan añadiendo.

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jueves, 9 de junio de 2011

Conferencia on-line "El desnudo humano en la sociedad actual"





   El próximo día 25 de este mismo mes de Junio, a las 18,30 hrs. (hora española), tendre el placer de ofrecer la conferencia on-line que lleva por título El desnudo humano en la sociedad actual.

   Para asistir tan solo teneis que acudir a EAC (http://altaeducacion.org/) y clicar en la imagen de la conferencia, lo que os llevará directamente a la sala en la que se celebrará. Espero que este tema sea de vuestro interés y estéis allí. Un afectuoso saludo a tod@s.









jueves, 26 de noviembre de 2009

Háblame desnud@






Le dije: “Desnúdate”
Y ella me dijo: “¿Tan pronto?”
Y yo dije: “Entiéndeme; lo que quiero decirte es que me hables de ti”
Y ella me dijo: “Entonces, mejor será que me desnude”


Luciano G. Egido. Cuentos del lejano Oeste.

viernes, 6 de noviembre de 2009

· ¿Conoces El Fonoll?





   En nuestra bitácora hermana El bosque de Adán y Eva te hablamos de El Fonoll, un pueblo nudista ubicado en la Comunidad Autónoma de Cataluña. ¿Quieres saber un poco más acerca de él...?


martes, 3 de noviembre de 2009

· Desnudo en el bosque, desnudo en libertad.




  
   Practicaba el nudismo hacía ya algún tiempo. Tras las primeras veces que permití que el universo observase mi cuerpo desnudo, que la brisa meciese mi piel por entero y que el agua salada del mar me acaricase sin interferencias, comencé a sentirme más que a gusto, más a gusto que en esas primeras visitas a la playa nudista; comencé a sentirme pleno, comencé a identificar mi cuerpo desnudo no solo con el aire libre, si no con el mundo, con  mi propia existencia. La verdad es que desde pequeño me éducaron en la naturalidad del desnudo. Tanto era así, que tras un tiempo la playa nudista se me quedó pequeña; la sentía, aunque la adoraba y la sigo adorando, como un reducto, un reducto al que he homenajeado en mi obra fotográfica, pero un reducto al fin y al cabo, la sentía como un gheto en cierto modo... y es que lo es. Sí, la playa nudista ya no me bastaba, la sensación de libertad que sentía era una sensación de libertad acotada... y es que lo es.



The nudist beach

   Siempre me había gustado mucho la naturaleza. Conocía un bosque de dehesa, que es muy popular en esta zona, ya que se le considera el pulmón de la ciudad. Es un bosque que está inmerso en el interior de un parque natural, un bosque en el que hay zonas de recreo, pero que por su brutal extensión también alberga zonas que casi no están pisadas. Siempre me ha gustado y me gusta la naturaleza, la naturaleza salvaje, la adoro.

   Como podría ser previsible, esas sensaciones que me causaba el desnudo, mi adoración por la naturaleza y el conocimiento de la existencia de ese bosque, me llevó irremediablemente a adentrame en él del modo más natural posible; necesitaba identificarme con la naturaleza de la que todos formamos una parte inadaptada.



   Escogí un día de primavera, para realizar mi primera incursión que, he de confesar, fue vestido ya que no sabía exactamente si por allí habría gente, aunque no debería de haberme importado, simplemente me mostraba natural tal cual era y sin ningún afán de exhibicionismo, pero si con un afán de naturalidad y de integración lo más intensa posible en el medio natural. Tras las comprobaciones necesarias, me despojé de la ropa que llevaba y la escodí entre unos matorrales... allí comenzo la sensación de libertad que sentía en la playa pero redoblada, mucho más intensa. Caminaba descalzo, en ese momento era el animal humano reencontrándose con su hábitat y aunque me costó ya que me pinchaba, las plantas se me fueron endureciendo cada vez que visitaba "mi bosque".

   He de decir que siempre caminaba yendo un poco más allá en las fronteras que me marcaba dentro del bosque y lo hacía temeroso de que algún o alguna excursionista pudiera cruzarse conmigo, pero no por el hecho de que me vieran desnudo, si no por su presumible reacción. Sabemos que existen personas muy naturales que incluso me habrían aplaudido posiblemente para sus adentros, pero también las hay muy radicales y puritanas que no lo habrían entendido, de las que en este caso hubieran llamado a la policia, pensando que se habían tropezado con un sátiro, un exhibicionista. Lo cierto es que lo que buscaba era paz, relax y sensaciones, no problemas, tensiones, ni quería molestar a nadie.

   Y lo cierto es que fueron muchas las sensaciones de las que gocé en ese bosque, sensaciones que nunca habría imaginado. Pero estas maravillosas sensaciones las contaré en otra ocasión, próximamente.

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lunes, 26 de octubre de 2009

·Para romper el hielo. Mi primera experiencia como nudista.





   Me sorprendí gratamente, la primera vez que fuí ya hace años a una playa nudista. Albergaba mis dudas en cuanto al hecho de si me sentiría observado, pero a pesar de ello quería probar. Tras desplazarme en mi coche unos 40 kilómetros—incluyendo un tramo final de camino de tierra, por el que solo cabía un vehículo que más parecia una ruta por la selva—, llegué a la susodicha playa, una playa de arena fina y cuidada aunque más salvaje que cualquiera de las textiles cercanas; aparqué mi pequeño Seat 127 de color gris plata y caminé sorteando algunas dunas, hasta que llegué hasta la amplia franja de arena; como presuponía porque era evidente, la visión era la de una playa habitual, solo que más despoblada y en la que los cuerpos de mujeres y hombres, de ancian@s y niñ@s permanecían en lo mas álgido de su naturalidad... desnud@s.
 
   Llegué, casi quemándome las plantas de mis pies descalzos, hasta un lugar cerca de la orilla, extendí mi toalla sobre la arena y tímida aunque decididamente me despojé por completo de la ropa que llevaba puesta, incluido el bañador. Aunque por ser la primera vez que estaba desnudo ante más de una persona, me sentí algo azorado, no tarde en experimentar esa sensación de libertad de la que hablaba y por supuesto no me sentí especialmente observado en ningún momento, ni más ni menos que en cualquier playa textil. En mi entorno, ese entorno natural y libre hombres y mujeres desnud@s, disfrutaban del sol y del mar; desde personas solas, pasando por parejas o grupos de amig@s, hasta familias enteras desde l@s abuel@s hasta l@s niet@s. Observaba a mi alrededor, con esa mirada general que no se dirige a nadie en concreto, que cada uno iba a lo suyo, como yo de no ser porque en ese momento aun me preocupaba sentirme observado—eran mis primeros minutos en aquel maravilloso escenario—; un@s escuchaban música en su walkman, otr@s leían, otr@s jugaban a las palas, a las cartas o se bañaban… miré el mar y sentí la paz y el relax, preciadas sensaciones con las que me obsequiaba, más intensamente que nunca.
 
   Aunque como comentaba, cada un@ acude a estas playas y desnuda su cuerpo al sol por una motivación concreta o por varias a un tiempo, el nudismo llega a ser mucho más que tomar el sol sin ropa o pasear desnudo al aire libre, llega a ser una filosofía de vida.
 
   A partir de ese momento, esa playa, que para más señas es la playa nudista de Cullera, en Valencia, me enganchó, el nudismo, la sensación de libertad, autoestima y reafirmación en uno mismo que proporciona, me engancharon y así sigo, siendo nudista desde entonces.

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